El PP propone que se analicen las muestras conservadas de las
aguas residuales del municipio de los últimos 18 meses para determinar desde
cuándo estaba circulando el COVID-19 por Lorca
• Se trata de avanzar en la
iniciativa que el PP también puso sobre la mesa de Aguas de Lorca hace unas
semanas para realizar un análisis diario del agua residual. Estas pruebas han
confirmado que el virus ya estaba en Barcelona en marzo de 2019, un año antes
de que se declarara la pandemia.
3 julio, 2020.- El concejal de Agua en el
ayuntamiento de Lorca por el Partido Popular, Ángel Meca, ha propuesto que la
empresa municipal que gestiona el tratamiento y abastecimiento de agua en
nuestro municipio, Aguas de Lorca, emprenda un análisis de todas las muestras
conservadas de las aguas que trata con el objetivo de que los lorquinos
contemos con un estudio de la posible presencia de restos de coronavirus en los
últimos años. Estamos hablando de dar un paso más respecto a la petición que
pusimos sobre la mesa semanas atrás, cuando reclamamos que se llevara a cabo un
análisis sistemático de COVID-19 en estas aguas, una petición que fue
acertadamente recogida por parte de Hidrogea.
El motivo de esta nueva iniciativa del Partido Popular es saber desde qué fecha
aproximada existe rastro de COVID-19 en el sistema de alcantarillado de nuestro
término municipal, habida cuenta de que hace apenas unos días se ha podido
comprobar que el coronavirus estaba circulando por ejemplo en Barcelona desde
el 12 de marzo de 2019, es decir, un año antes de que se declarara la pandemia
que nos está afectando. Lo que queremos es saber si en Lorca ha existido una
situación similar. Para ello bastaría con analizar las muestras de meses
anteriores, al menos del último año y medio, para verificar esta situación y
contar con la información más afinada al respecto.
Hemos de tener en cuenta que este tipo de estudios están resultando de gran
utilidad para que la comunidad científica cuente con los datos que contribuyan
a mejorar los protocolos y, especialmente, para detectar posibles rebrotes, de
tal forma que las medidas entre la población se puedan tomar con la mayor
celeridad y eficacia. Estamos hablando de una metodología que no sólo se están
desarrollando en España, sino que también ha permitido comprobar que las aguas residuales revelaron
que el COVID-19 estaba presente en ciudades italianas como Turín, Milán o
Bolonia desde diciembre de 2019.
Ha sido precisamente un estudio llevado a cabo por la Entidad de Saneamiento y
Depuración de Aguas Residuales de Murcia, en colaboración con el CSIC y la
Universidad de Valencia, el que ha demostrado que el virus estaba en Lorca, y
aparecía en las aguas residuales, hasta 16 días antes de que las autoridades
sanitarias confirmasen el primer contagio. Las aguas que llegan a las
estaciones de tratamiento de aguas residuales contienen ARN del virus, pero las
que salen depuradas están limpias.
La efectividad de este mecanismo cuenta con el respaldo, por ejemplo, de la
Sociedad Española de Virología, cuyo presidente, Albert Bosch, ha afirmado hace
unos días que este sistema de análisis permite, literalmente “anticipar mucho la
presencia del virus en la población” y “deja un margen de tiempo para actuar de
forma inmediata». Este tipo de análisis se realizan habitualmente en muchos
países para monitorizar la presencia en la población tanto de otros virus como
de múltiples bacterias.
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